Seguramente no lo recordareis, porque
han pasado muchos años, pero la biblioteca de Pippi en Kunterbunt
(“Villa Colorines”) era una de las habitaciones que daba al
porche donde solía estar refugiado Pequeño Tío. En casa de Pippi
no había libros, solo “píldoras”, porque nuestra pequeña y
vieja amiga no tenía tiempo para leer más que unas pocas líneas
seguidas entre sus múltiples actividades legales e ilegales.
Así pues, su biblioteca estaba
compuesta de multitud de hojas sueltas que se amontonaban en confusas
pilas sobre las estanterías vacías y la gran mesa camilla bajo la
que encendía el brasero de picón.
Hoy Pippilotta Viktualia Rogaldina
Shokominza Langstrumpf ha entrado a la biblioteca en uno de los
esporádicos momentos en los que se atenuaba su frenética actividad.
Ha tomado una de las hojas que esperan polvorientas sobre la mesa y
se ha hundido en el sillón que hay bajo el ventanal. Al otro lado
Pequeño Tío la observa entre orgulloso y divertido.
-¿Tu de que te ríes? -le pregunta
Pippi a través del cristal polvoriento.
Esto es lo que después ha leído.
Apenas supo dónde iba. Más tarde
recordó haber vagado por calles mal iluminadas, de haber atravesado
lúgubres pasadizos, poblados de sombras negras y casas inquietantes.
Mujeres de voces roncas y risas ásperas lo habían llamado.
Borrachos de paso inseguro habían pasado a su lado entre
maldiciones, charloteando consigo mismos como monstruosos
antropoides,. Había visto niños grotescos apiñados en umbrales y
oído chillidos y juramentos que salían de patios melancólicos.
Al rayar el alba se encontró cerca de
Covent Garden. Al alzarse el velo de la oscuridad, el cielo,
enrojecido por débiles resplandores, se vació hasta convertirse en
una perla perfecta. Grandes carros, llenos de lirios balanceantes,
recorrían lentamente la calle resplandeciente y vacía. El aire se
llenó con el perfume de las flores, y su belleza pareció
proporcionarle un analgésico para su dolor. Siguió caminando hasta
el mercado, y contempló cómo descargaban los vehículos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario