Bajan del castillo
como hormigas
a refugiarse en las murallas
casas que albergan pobres
desde siempre
cada una con su sabiduría
su rabia
y su trapo
entre ellas serpentean mercaderes de huerta
consuelo de estómago sin patio.
En las puertas, arañazos de un Dios que tampoco existió,
y tetas negras
de mujeres que amamantan al sol.
como hormigas
a refugiarse en las murallas
casas que albergan pobres
desde siempre
cada una con su sabiduría
su rabia
y su trapo
entre ellas serpentean mercaderes de huerta
consuelo de estómago sin patio.
En las puertas, arañazos de un Dios que tampoco existió,
y tetas negras
de mujeres que amamantan al sol.
Clara Sayabera.
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